Un horno de inducción adaptado para fundir lingotes de una masa definida con precisión. El material, pesado con precisión, se vierte en moldes de la forma deseada y se funde mediante el campo electromagnético en el menor tiempo posible. La medición de la temperatura se realiza en el centro del molde de grafito y se realiza mediante el termopar tipo K.

El molde de grafito se coloca manualmente sobre la cámara del inductor y el campo magnético actúa desde la parte inferior. Después de fundir la aleación, el molde permanece en su lugar hasta que el metal se coagula. La disposición superior del molde de grafito se realiza mediante el uso de un quemador (propano-butano) para controlar el enfriamiento de los moldes y crear una atmósfera reductora.